Melancolía

Las musas han vuelto; siempre lo hacen cuando menos te lo esperas. Momentos de bajón, ratos melancólicos, son los que me animan a escribir, a plasmar en la pantalla de mi ordenador como me siento. Empiezo a escribir estas letras en el autobús dirección Madrid; en mi iPod suena “Al respirar” de Vetusta Morla. Por delante tengo 4 horas.

Tenía muchas ilusiones puestas en este posible nuevo trabajo; pero, sin razón aparente me descartan. Me veía con opciones de poder superar todas las fases de reclutamiento, por experiencia y por mi nivel de inglés.

Mi mente esta repleta de nuevos objetivos, de  ilusionantes proyectos. Pero de momento no son más que eso: proyectos que vuelan en mi mente. Estoy entrando en la década de los 30, y no atisbo una crisis. Al menos no ahora. Más bien todo lo contrario. Tengo ganas de iniciar esta nueva aventura que es mi vida.

Miro atrás y me doy cuenta que he vivido. Estos últimos 10 años han sido maravillosos, llenos de aventuras, llenos de vida. Pero quiero más. Veo el futuro con buenas perspectivas.

A veces me pregunto si fue lo correcto volverme de Londres; lo hago una y otra vez visto el panorama en España. Visto que me esta costando mucho trabajo encontrar trabajo, valga la redundancia. Al menos aquí me siento arropado. Tengo una familia que me apoya y unos amigos que están ahí. No cabría en este pequeño post de este humilde blog enumerarlos a todos. Pero ellos ya saben quienes son.

Por una vez en mucho tiempo, sé lo que quiero; sé por donde avanzar, conozco el camino a seguir. Y pongo a Dios por testigo que no claudicaré; he caído una vez más, pero me levanto cual ave Fénix.

Continuamos nuestro viaje a Madrid. Ya hemos pasado Buñol y los coches nos adelantan sin problema. Queda mucho camino aún. “Un día en el mundo” es lo que suena ahora.

La canción “Copenhague” de este grupo madrileño nos deleita con una frase que adoro: “nunca sabes donde puedes terminar, o empezar”. Esa frase me ha acompañado este último año. Viajó conmigo a Australia, a Londres y ahora ha vuelto a España.

Y sigo sin saber donde terminar, o empezar. Y pensareis que antes decía que ya tenía claro mis objetivos, y así es. Conozco el camino, pero no sé donde me lleva. Sigo sin descubrir el destino.

Pero no es momento de caer, sino de levantarse. Dicen que cuando una puerta se cierra, otra se abre. Y es seguro que será una puerta mejor, más bonita.
Es el momento de continuar el camino, y hoy, al final del camino está Madrid.

Quedan 3 horas.