Ya han pasado exactamente tres semanas desde que aterricé en Australia, en las antípodas… las cosas van cogiendo colorcito, las cosa van poniéndose en orden. Eso sí, podemos decir que aun estamos buscando, aun no nos hemos encontrado.
Pero tres semanas son poco y aun quedan muchos lugares que visitar y muchas personas que conocer…
Esta semana ha sido de tránsito y aun así hay tantas cosas que contar, tantos momentos que detallar que no podría plasmarlos todos en el blog. Es sencillamente inenarrable, hay que estar aquí para comprender lo que se siente, para asimilar el cambio cultural, para conocer otras gentes y lugares y entenderlo todo.
La semana comenzó como todas, algo de clases y birras en la city… paseo por Queens Street y vista nocturna de una parte de la ciudad que aun no habíamos visto… Como es normal en esta ciudad, prontito para casa que anochece enseguida.
El miércoles hubo fiesta en la UniResort (una especie de residencia pija con piscina y Spa), por lo que el jueves fue día de resaca. Malditas cervezas australianas…son suavecitas y te crees que no suben mucho, pero cuando te quieres dar cuenta…borrachera tonta.
Y el viernes, para no romper la tradición, Barbacoa en SouthBank y birras en un pub Irlandés de cuyo nombre no quiero acordarme (bueno, más bien no puedo).
El sábado tocó madrugar y viajecito a la playa. Nuestro destino era Surfer’s Paradise, que para que os hagáis una idea, es como Benidorm a lo grande. Vamos, el Benidorm australiano.
Y debería haber dicho peregrinación porque el ir a la playa aquí es toda una odisea: Bus hacia la city, Tren hacia Gold Coast y otro autobús hasta la playa susodicha. En total más de dos horas de viaje para ir a la puta playa. Es como si de Valencia me fuera a Alicante a pasar el día y volver… joder, que los madrileños en tres horas se plantan en Valencia!
Pero es lo que hay, este país es tan enorme que cualquier movimiento dentro de el supone horas y horas de viaje. Para la próxima vamos a buscar otra playa más cerca de la city o alquilar un coche, que entre 5 personas te salen por $10, vamos unos 6€…osease, tirao!
Bueno, y qué contar de la playa. Muchos edificios enormes, muchos surferos y muchos kilómetros de playa. No esta mal, pero estaría muchísimo mejor si estuviera más cerca! Tampoco tiene nada que envidiar a las playas españolas.
Y a nuestro regreso a la city, paramos en un lugar llamado Beach House a tomar unas cervecitas bien fresquitas y unos nachos bien calientes. Todo eso acompañado de buena música en directo. Una de las cosas que más me gusta de este país, es que hay muchos restaurantes o lugares de ocio con música en directo. Un auténtico lujazo que España debería importar.
Y hoy, domingo en la piscina… hasta que las nubes nos han fastidiado el día. Así que comidita rica, rica echa por el menda: Tallarines a la bolognesa y peli de sobremesa.
Mañana comenzará mi cuarta semana, en nada nos plantamos en el mes y esperemos que las cosas vayan tomando forma y rumbo. Esperemos alcanzar el objetivo planteado antes de abandonar las antípodas. Pero como me dijo un amigo, paciencia, amigo mío, paciencia.
Un saludo a mis seguidores y un abrazo a los enemigos. Nos vemos en los bares.
sergio!!
me alegro de saber que estás bién, ya sabes que vivo en un planeta paralelo en el que no existe el facebook, jeje.vall