Tokio: 10 años después

Dicen que más vale tarde que nunca, ¿no? Pues aquí me tienes, casi 10 años después escribiendo sobre mi viaje a Tokio que hice en verano del 2015.

De hecho, mi idea es volver a escribir en este blog y rememorar (casi) todos los viajes que he realizado en toda mi vida. En la página inicial encontraréis un mapa con las ciudades y sitios que he visitado y enlaces a sus respectivos artículos del blog.

Pero vamos a lo que importa: mi viaje a Tokio en Julio de 2015.

Cabe comentar que ya tengo casi 43 años y mi memoria no es la misma que cuando tenía 20 años. Bueno, en realidad nunca he tenido buena memoria. Por eso escribo este blog 😅

No viajes a Japón en julio o agosto

Si hay algo que recuerdo de ese viaje es el calor infernal que hacía. Recuerdo ir paseado por la calle y sudando como nunca lo había hecho. Quizás ese calor es la razón principal por la que hay una máquina de vending cada 200 metros.

Aquí tenéis un vídeo que he rescatado del momento. En aquella época ya me grababa por la calle 😀

Otra cosa que recuerdo es andar mucho. Tokio es una de las ciudades más grandes del mundo y perfecta para ir andando de un sitio para otro.

Siempre he sido de andar y es algo que me encanta. No me gusta meterme en transporte público que no conozco y siempre que puedo, voy andando a los sitios. La verdad que Tokio da para pasear y andar mucho. Si te gusta, claro.

Una cosa curiosa que recuerdo de Tokio es que, en aquella época, no había muchos sitios donde se permitiera pagar con tarjeta. Es algo que me impactó mucho, pues tenía la idea que Japón era una sociedad muy moderna.

Parques infinitos en medio de la ciudad

Repasando las fotos que hice en ese viaje, me he dado cuenta que tengo imágenes de muchos parques. Recuerdo que había bastantes parque es medio de la ciudad, algo que se agradecía muchísimo.

Parques gigantes con lagos enormes, muchos árboles y sendas para pasear. Punto positivo para Tokio 😉

Calles abarrotadas y la Torre Eiffel

Por supuesto, algo icónico de Tokio son las calles llenas de gente andando de un sitio para otro. En aquella época supongo que me daba un poco igual; hoy en día no se si podría aguantar meterme en medio de tremendo tubulto.

Como fue un viaje exprés (solo estuve 3 o 4 días en Tokio), intenté tomarme el viaje con calma, pasear mucho y no intentar ver todo lo que ofrece la ciudad. Más que nada porque es totalmente imposible y, en mi opinión, al final acabas estresado y con mal recuerdo.

Por eso no me metí en el metro en hora punta. Vamos, viendo las típicas imágenes del metro de Tokio lleno de gente, meterme ahí dentro no lo haría aunque me pagaran por ello. Ni ahora, ni nunca.

Para ir terminando, hablemos de la comida.

Como fan absoluto de la comida japonesa, iba con la idea de comer sushi a todas horas. Y así fue. Además, tuve la suerte que cuando viví en Australia, conocí a Yuki y esos días estaba en Tokio trabajando. Quedé con el y me llevó a sitios donde seguramente no habría entrado solo ni de coña.

Como dato curioso, esos días, Jessica, una amiga francesa que también conocí en Brisbane, estaba en Tokio celebrando su luna de miel. Ya lo dice el dicho: «el mundo es un pañuelo». Coincidencias asombrosas y bonitas 🙂

Tener amigos locales siempre es bien.

Y nada más, hasta aquí este relato atropellado de mi viaje a Tokio. Ya os digo, no recuerdo muchas cosas y no podría hacer el relato más detallado aunque quisiera.

Mi intención, como he dicho al principio, es recopilar todos esos sitios que he visitado a lo largo de mi vida. Y por supuesto, intentaré no tardar 10 años en escribir sobre mis viajes 🥲

¡Nos vemos en los bares! 🍻