Llevo ya 12 horas metido en este hospital. Aún quedan 5 horas de guardia. Mi mente sigue en pie. No se cansa. Quiere escribir. No se me ocurre nada. Necesito algo de inspiración para que mis dedos comiencen a bailar con el teclado. Porque cuando empiezo y mi mente se despierta, ya no hay marcha atrás.
Llevo unas semanas sin actualizar este pequeño espacio. No me apetece hablar de la actualidad; es una lluvia constante de información la que recibimos a diario: la televisión, los periódicos, blogs, redes sociales.
¿Qué nuevo podría aportar mi humilde opinión?
Tampoco me apetece entrar en discusiones de distinta índole. No quiero divagar sobre aquella ley; o sobre esa nueva propuesta del gobierno. ¿Quién soy yo para decir si son buenas o malas?.
Estoy realmente cansado de trifulcas, de polémicas, de enfrentamientos varios. Solo quiero vivir. Disfrutar del momento. Contemplar el sol en la playa, deleitarme con la lluvia tras los cristales de mi casa. Vivir. Soñar. Amar. Reir. Beber. Comer. Ser feliz.
Vivimos, sin duda, en tiempos complicados. Pero, ¿son realmente difíciles? ¿O nosotros lo hacemos complicado? ¿Acaso lo tenían más fácil la gente de la edad media? ¿o de la posguerra? ¿o de cualquier tiempo pasado? Creo que no. Apostaría, por el contrario, que somos muy afortunados. Al menos los que estáis leyendo estas líneas.
Claro que todos tenemos nuestros más y nuestros menos; por supuesto que muchos viviremos momentos complicados, que pasaremos por hechos difíciles de superar. Pero muchos lo hacemos. Seguimos adelante. Queremos seguir viviendo. Al menos yo quiero.
Hubo un antiguo Sergio que estaba decidido a buscarse a sí mismo. A viajar a los confines de la tierra para conocer el porque de su existencia. Pero ese Sergio ha muerto. Porque ha nacido uno mejor. Uno que seguirá viajando. Que seguirá descubriendo nuevos lugares, nuevas personas. Nuevos rincones. Pero ya no tratará de huir de los problemas, de buscar donde no hay. Intentará… perdón, disfrutará de la vida, de sus amigos que están a su lado (y que siempre han estado), de los pequeños placeres de la vida. Es posible que el anterior Sergio renazca de sus cenizas cual Ave Fénix. Que decaiga en sus viejos errores, pues es humano.
No soy nadie para aventurar posibles idas de cabeza y viajes inesperados. Pero conozco a ese Sergio bastante bien y apostaría todo mi dinero a que le esperan al menos, un par de años de tranquilidad, de felicidad. Habrán muchas piedras por el camino, muchos obstáculos. Pero estará preparado.
Son casi las 4 de la madrugada. Fuera es carnaval. Tiempo de disfraces, de jolgorio. Aún quedan 4 horas.
espero que al nuevo sergio le siga gustando salir de cañas.
jijijijijijiji
vv
Por supuesto! cerveza, un buen vino, etc! 🙂